jueves, 17 de mayo de 2018
CAPITULO 41
—¿De quién era el mensaje, Alan? —preguntó despreocupadamente Paula desde la cama donde amamantaba a su hijo.
—De nadie importante… Sólo era publicidad barata —contestó despectivamente el mayor de los Chaves, dispuesto a proteger a su hermana de un hombre que nunca la merecería.
—¿Estás seguro? —interrogó Jeremias a su hermano mayor alzando una de sus cejas, ya que él había escuchado también el mensaje que ese loco enamorado había dejado en el contestador de Paula.
—Sí… Además, ya lo he borrado —anunció Alan, dirigiéndoles una retadora mirada a sus hermanos con la que les advertía de las consecuencias de contradecir sus palabras.
—Bueno, si Alan lo dice, no creo que fuera un mensaje muy importante. Ahora lo primordial en mi vida es él —declaró amorosamente Paula mirando a su hijo, decidida a quererlo tanto como en una ocasión quiso a su padre, aunque para Pedro su amor hubiera sido un simple juego con el que entretenerse en su planificada vida.
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